El segundo fin de semana del mes de agosto dan comienzo las fiestas de Cocentaina, en honor a su Patrón San Hipólito Martín. Estas fiestas están reguladas y organizadas por la Federación Junta de Fiestas y desde 1986 están declaradas de interés Turístico por la Generalitat Valenciana.
Los actos en Honor a San Hipólito se remontan a principios del siglo XVII, después de la elección del Patrón el 7 de mayo del 1600. Lo que en principio era una festividad puramente religiosa, fue convirtiéndose en una celebración con otros actos, que acercan paulatinamente este evento al que conocemos actualmente por Fiestas de Moros y Cristianos.
Esta fiesta de Moros y Cristianos viene celebrándose con certeza desde mitad del siglo XVIII, designándose desde 1766 cada año un Alférez y un Capitán. Aunque existen indicios documentados que indican que en el año 1695 se celebró un Alardo en honor a la Virgen, siendo este un claro antecedente histórico de la celebración festera.
L’Entrà de los dos bandos en la ciudad, representadas por las comparsas moras y cristianas, es una apoteosis espectacular de colorido, música y ensueño. Exotismo y fantasía es el resultado de todo un año preparando unas fiestas que culminan en unos días de música, coreografías y vestidos cuidados hasta el último detalle.
A lo largo de su historia, la fiesta contestana ha ido evolucionando. Lo que antiguamente era una celebración sencilla, con el uso de la pólvora como principal y casi único elemento, hoy es un evento más completo , donde han ido añadiéndose otros actos que han dado una identidad propia y diferenciadora de los demás pueblos.
Uno de estos actos es la Embajada del Contrabando o “Alijo”, que con este nombre aparece en el programa de Fiestas del 1900, donde las filaes Maseros y Contrabandistas mantienen un jocoso diálogo, donde los segundos piden permiso a los primeros para poder entrar en la Villa. Los Maseros en un primer momento se oponen, pero al fin las dos comparsas se unen para enfrentarse a los moros. Es este un acto que se remonta, como mínimo, al año 1864.
Otro acto diferenciador es la Presentación de Armas, que se lleva a cabo el día de San Hipólito, después de la Eucaristía, y que consiste en el desfile de todas del filaes frente a los cuatro cargos: los dos Abanderados y los dos Capitanes ( uno por cada bando).
Podemos citar otro acto que solo se celebra en Cocentaina, como la Embajada de los Tomates, una batalla que cada año enfrenta a las filaes Bequeteros y Caballería Ministerial o “Cavallets”. Las dos comparsas luchan únicamente con tomates, teniendo el origen este acto en la no participación en el Alardo de estas dos comparsas, lo que hizo que entre ellas se organizaron su “combate particular”. Posteriormente tuvieron también el derecho a ser Abanderado o Capitán (a partir del 1966), como el resto de las filaes. La condición de filaes de caballería ha condicionado, seguramente, su peculiar forma de desfilar, constituyendo un atractivo para el turista que visita el pueblo en Fiestas.
Hay que añadir a este listado de actos propios el de las Guerrillas, que consiste en el uso de arcabucería en la sierra del Castillo, al alba, iniciándose así el día del Alardo, último día de la Trilogía Festera .
Y si los anteriores actos tienen lugar en los días de la Trilogía Festera, esto es, los días de fiestas propiamente dicho, hay otros actos que se celebran desde el siglo XVIII y que completan el calendario festero, como son la Publicación o la ollita de la Purísima.
Las calles de la ciudad se llenan de festeros, vecinos y visitantes, que abarrotan todos los espacios de la ciudad donde se celebran los diferentes actos programados, y por donde pasan las comparsas festeras. Miles de personas toman parte en un desfile, en el cual, a ritmo de marchas moras y cristianas, el espectador queda encantado por su animación y vistosidad.
Hablar de las Fiestas de Moros y Cristianos de Cocentaina en el siglo XXI, es hablar también de la participación de la mujer. Históricamente el papel de la mujer en la fiesta ha estado limitado a acompañamiento de boatos, bailes … En Cocentaina, la participación femenina se hizo más constante con la elección de la Festera Mayor, escogida de entre todas las Damas de Honor de cada filà. Este acto se llevó a cabo desde el año 1971 hasta el 1987. Pero fue a mediados de los años ’90 cuando la mujer contestana se ha decidido a participar con la misma condición que los hombres y actualmente hay varias filaes donde el miembro de mujeres es significativo, integrándose de forma progresiva y consensuada a la Fiesta contestana.
La historia de las Fiestas de Moros y Cristianos de Cocentaina también está, inevitablemente ligada a la de su música. Cocentaina es cuna de compositores que han marcado la historia de la música festera no sólo aquí, sino en las comarcas que nos rodean. Músicos como Manuel Ferrando Gonzales, Gustavo Pascual Falcó y otros tantos han contribuido de manera notable a engrosar la Fiesta con sus obras. La participación más antigua, conocida hasta el momento, de una agrupación musical en las Fiestas de Moros y Cristianos de Cocentaina, data del 1766.
En resumen, Cocentaina puede presumir de ser uno de los pueblos que ha sido cuna de las Fiestas de Moros y Cristianos, conservando la tradición más antigua con la modernidad del presente, mezclando diversión con seriedad en una justa medida.