La población vallisoletana de Íscar celebra sus fiestas patronales el primer fin de semana del mes de agosto. Los festejos tienen multitud de ingredientes para la diversión, pero, sin duda, una de sus señas de identidad son los encierros taurinos que juegan un papel destacado en las fiestas de la localidad.
Más de 200 jinetes colaboraron en la conducción de las reses durante el desarrollo de los encierros camperos de la villa.
Las fiestas comenzaron el pasado sábado 6 de agosto y durante esos días los verdaderos protagonistas fueron las peñas que se encargaron de llenar el municipio de buen ambiente, además de organizar numerosas actividades para todos los vecinos. Ante todo disfrutar de la fiesta.
Encierros Campestres
Los festejos taurinos son una costumbre tradicional de numerosos pueblos y ciudades de España. Esa tradición se fue fomentando al mismo tiempo en muchas capitales de provincia, como Madrid, Valladolid, Zaragoza o Segovia entre otras, que fueron famosas por sus tardes de toros. Por otro lado, en localidades más pequeñas, también se fue implantando la tradición taurina con unas características muy singulares. La Tierra de Pinares Segoviana es una comarca en la que se han mantenido los encierros a través del tiempo, y en el caso de algunas localidades, han ido surgiendo siendo parte importante de sus tradicionales fiestas de sus municipios.
En Íscar se celebran con motivo de sus fiestas patronales en el mes de agosto. Se trae a los toros desde el campo hasta el casco urbano, acompañados de multitud de caballos que les introducen en un recorrido por el pueblo hasta conducirlos a la Plaza de Toros.
Los encierros campestres y urbanos del municipio son uno de los mayores reclamos de estas fiestas.
Durante el recorrido por el campo, los caballistas que suelen superar el centenar, controlan a la manada para conducirla hasta el pueblo. En ocasiones, cuando algún asado logra escapar de los jinetes, la gente intenta encontrar refugio en coches y se producen sustos, hasta que los caballistas pueden controlar de nuevo la situación y lograr con éxito la llegada a la villa.
Desde temprano los lugares se llenan de bullicio y algarabía con multitud de gente que va en busca de los toros y los caballistas, por los que van conducidos. Un sitio privilegiado para ver este bonito espectáculo lo constituyen las zonas más elevadas, desde las que se asoma la gente para ver y disfrutar sin peligro del encierro.
A media tarde, las calles también albergan de nuevo espectáculos taurinos con la programación de diversas sueltas con reses que reune a un buen número de corredores, y donde se dan cita más los más valientes, pudiendo vivirse momentos muy emocionantes con carreras muy rápidas y bonitas, en el tramo final antes de entrar en la plaza.