¿Conoces el origen de los Pesebres? El año litúrgico de la Iglesia se ha desarrollado ante todo, no desde la consideración del nacimiento de Cristo, sino desde la fe en su resurrección. Por tanto, la fiesta originaria de la cristiandad no es la Navidad, sino la Pascua. ¿Es la Navidad realmente la celebración del nacimiento de Jesucristo? ¿Nació Jesús un 25 de diciembre? Pues bien chicos, Jesús no nació un 25 de diciembre. Los apóstoles y la Iglesia primitiva jamás celebraron el natalicio de Cristo en esa fecha ni en ninguna otra, pero con el tiempo esa consideración cambió. Seguramente el primero en afirmar que Jesús nació el 25
de diciembre fue Hipólito de Roma, en su comentario a Daniel, escrito alrededor del año 204 d.C. En ese día se conmemoraba por aquel entonces la fiesta de la dedicación del Templo introducida en el año 164 a.C. por Judas Macabeo. Con todo, la fiesta de Navidad no comenzó a adquirir en la cristiandad una forma clara hasta el siglo IV, cuando desplazó la festividad romana y comenzó a celebrar el nacimiento de Cristo.
Y con el tiempo es tanto el fervor que el pueblo siente por la Navidad que incluso ha superado con mucho a la Pascua. Y esto se debe en gran parte gracias a Francisco de Asís. Según cuenta la historia, en el año 1223, San Francisco de Asís predicaba por la campiña de Rieti, Italia, le sorprendió el crudo invierno y se refugió en la ermita de Greccio. Era la Navidad de 1223, y allí se le ocurrió representar la Natividad con figuras humanas y animales reales. Curiosamente esta tradición de reproducir pesebres naturales prosiguió durante varios siglos hasta que se cree que fue en Nápoles donde se escenificó el primer nacimiento con figuras de barro en el siglo XV.
El Pesebre en la Tradición Catalana
El Belén o Pesebre es una tradición arraigada en los países de religión cristiana, popularizada durante el siglo XX. El Pesebre representa el nacimiento de Jesucristo mediante la escenificación de figuras, todas ellas caracterizando la llegada de los reyes magos y el alumbramiento del niño Jesús junto a la
Virgen María y a José, formando la Sagrada Familia.
La costumbre de representar el nacimiento de Jesús durante la Navidad, de reproducirlo escénicamente a través de personajes vivos o de figuras plásticas, es una tradición muy arraigada en Cataluña. Además, el pesebre catalán tiene una figura propia, el Caganer, con un origen que se remonta al siglo XVIII.
En la tradición popular catalana, en el pesebre se colocan las figuras esenciales —la Virgen, el Niño Jesús, San José, el buey, la mula, los reyes magos, los pastorcitos, el ángel anunciador, etc.— dentro de un paisaje con trozos de corcho y musgo. La construcción del pesebre se iniciaba el 25 de noviembre, día de Santa Catalina, y se desmontaba después del 2 de febrero, día de la Candelaria.
Cada año cuando se acerca la Navidad hay muchas poblaciones catalanas que organizan Muestras de Pesebres. Un claro ejemplo es la Muestra de Pesebres de Olot —de la cual podéis ver fotografías— que coordina el instituto de cultura de Olot y que se celebra por estas fechas. Los pesebres de la exposición se reparten por distintos lugares de la ciudad, y pueden verse desde los pesebres más tradicionales hasta las propuestas más innovadoras.
La agrupación belenista de Parets del Vallès, hace más de 25 años que hace un pesebre tradicional y monumental sobre tabla. Se trata del pesebre más grande de Cataluña con 230 m².
En Cataluña, además de las figuras de raíz religiosa hay una de inspiración popular: el Caganer. En los belenes catalanes, el Caganer aparece medio escondido en un rincón, yendo de vientre al aire libre y a menudo con una pipa en los labios. Tradicionalmente vestido con camisa blanca, pantalones oscuros y barretina, el Caganer es, a diferencia del resto de personajes del pesebre, reinterpretado y modificado anualmente por parte de los figuristas. Se pueden ver de todo tipo, y cada vez más, que representan personajes de relieve público, desde políticos hasta personajes de animación, pasando por deportistas. Esta metamorfosis anual del Caganer se ha convertido, con el tiempo, en un reflejo de la actualidad política, económica y social del país y también del resto del mundo.
La pasión catalana por los pesebres, sin embargo, ha ido más allá de la representación a través de figuras plásticas. El sueño de poder pasearse por un pesebre, entre bosques y ríos, con hogueras y pastores que duermen al aire libre, se hace realidad en numerosos pesebres vivientes que se celebran en todo el país desde mediados del siglo pasado.
Los Pesebres Vivientes
[Imagen no encontrada]Un Pesebre Viviente es una representación del nacimiento de Jesús de Nazaret a través de personajes vivos y aprovechando un entorno rústico o con interés arquitectónico. Las escenificaciones de los pesebres vivientes llenan cada año las calles de centenares de poblaciones catalanas. Las representaciones se suelen realizar en los meses de diciembre y enero, coincidiendo con la Navidad.
Los Pastores, los Reyes Magos de Oriente, la Anunciación o el Nacimiento de Jesús, son algunos de los pasajes bíblicos que, año tras año, escenifican los pesebres vivientes con los que la tradición catalana celebra esta festividad.
En Cataluña se celebran múltiples pesebres vivientes, 30 de ellos agrupados en la Asociación Coordinadora de Pesebres Vivientes de Cataluña.
El primer pesebre viviente con representación teatral fue el Pesebre de Engordany (Andorra), iniciado en 1956 por Esteve Albert y Corp, y tuvo lugar en un recinto cerrado donde el público se sentaba en la platea ante el escenario donde actuaban los actores.
[Imagen no encontrada]El referente a seguir por excelencia desde hace muchos años es el Pesebre Viviente de Corbera de Llobregat. Se representó por primera vez el 24 de diciembre de 1962 e incorporó un hecho diferencial, que el público por primera vez se paseaba por dentro de un pesebre mezclándose con las figuras vivientes. Organizado por los Amigos de Corbera y escenificado en la Penya del Corb, un conjunto de rocas rojizas situado en Corbera de Llobregat, es considerado el primer belén viviente de Cataluña y ha continuado celebrándose cada año de manera ininterrumpida. El público es guiado por una narración del texto del Evangelio enriquecido por comentarios y poesía. Los más de 200 actores representan escenas incluyendo la Anunciación del Ángel a la Virgen, los Pastores, las Lavanderas, el Nacimiento en la Cueva, el Anuncio del Ángel a los Pastores, la Adoración de los Pastores y los Reyes, la Huida a Egipto, la vida en Nazaret y escenas típicas catalanas de masías.
Otros pesebres de interés en la geografía catalana son el de Sant Fost de Campsentelles, considerado el pesebre de los efectos especiales de Cataluña; el de Gunyoles de Avinyonet, que, como rasgo diferencial, se trata de una escenificación hablada; los «pesebres de oficios perdidos» como el de Sant Guim de la Plana, el de la Masia de Castelló o el de Sudanell; y por último aquellos que aprovechan las posibilidades escénicas que les permiten las calles del núcleo antiguo de la población como el de Prats de Rei, Brunyola, Pals, La Pobla de Lillet o Castell d’Aro entre otros.