Uno de los elementos ineludibles de la Navidad catalana son las representaciones de los ‘Pastorets’ —o ‘Pastorells’, como se llaman en las islas Baleares—, que suelen ir a cargo de grupos de teatro de aficionados y que acostumbran a representarse en centros cívicos, salas parroquiales o teatros. Se trata de un género teatral popular que por su tradición y su capacidad de convocatoria se considera un clásico entre las manifestaciones dramáticas autóctonas.
El origen de los ‘Pastorets’ (Pastorcitos) se remonta a las representaciones escénicas de tema navideño medievales y su perpetuación durante el siglo XVI. Aquellas escenificaciones en torno al nacimiento del Mesías —en un principio ideadas para afianzar entre los creyentes el valor y la pedagogía del dogma y de la historia sagrada— se llevaron a cabo de una manera consuetudinaria y tradicional en el interior de las iglesias.
Los Pastorets es una representación teatral típica de las fiestas de Navidad en muchos lugares de Cataluña. El argumento combina los contenidos del nacimiento de Jesús, la lucha del bien y del mal entre ángeles y demonios, y diversas historias y diálogos de los pastores que rememoran la primera Navidad.
La muestra textual más antigua que se conserva en catalán de este género data del siglo XV y el nombre de ‘Pastorets’ o ‘Pastorells’ para designar este tipo de obras teatrales ya se documenta en el siglo XVI. Con respecto a las primeras escenificaciones fuera del recinto sagrado, destaca por su antigüedad una noticia en el archivo capitular de Girona, que testimonia una representación teatral de la historia de los tres magos escenificada en 1363 delante de la iglesia de Santa María de Castelló. Aún más atrás en el tiempo, están las representaciones dramáticas en lengua catalana del ciclo festivo navideño: los dramas litúrgicos, cantados en latín y, en este caso, escenificados dentro del contexto de los oficios desde la víspera de Navidad hasta Reyes. Estas manifestaciones escénicas primigenias, documentadas por toda Europa a partir del siglo XI, se pueden agrupar bajo las denominaciones de ‘Officium pastorum’ o visita de los pastores al pesebre; el ‘Ordo Prophetarum’ o relación profética de los anunciadores del advenimiento del Mesías, entre los cuales está la célebre Sibila; el ‘Ordo Rachaelis’, es decir, el lamento de Raquel después de la matanza de los Inocentes a manos de los soldados del rey Herodes siguiendo la profecía de Jeremías, y el ‘Officium Stellae’ o el seguimiento de la estrella y la adoración de los reyes magos.
A nivel textual, los ‘Pastorets’ toman algunos de sus núcleos temáticos de los breves relatos evangélicos de Mateo (2, 1-12) y Lucas (2, 1-20). Entre los elementos canónicos se cuenta el edicto de empadronamiento, la ida de los esposos a Belén, la búsqueda de alojamiento y el refugio en el portal, el nacimiento, la anunciación a los pastores, la adoración del niño Jesús y la degollación de los Inocentes. Otros motivos tradicionales provienen de los evangelios apócrifos, en concreto de los conocidos como apócrifos de la Natividad, entre los cuales destaca el protoevangelio de Jaime. Se pueden mencionar, por ejemplo, los episodios del voto de virginidad de la Virgen, el milagro de la vara florida de san José o la presencia del buey y la mula en el nacimiento de Jesús.
Desde mediados de diciembre hasta primeros de febrero, muchos teatros de Cataluña se abrirán y se llenarán de miles de actores y espectadores para dar vida a las representaciones del espectáculo navideño de los Pastorets, una de las manifestaciones más tradicionales de nuestro país.
El texto del drama navideño más antiguo que se conoce en lengua catalana, copiado en un manuscrito del siglo XV proveniente de Las Guillerías, es especialmente interesante porque se pueden detectar recursos estilísticos de dos tradiciones distintas: por una parte, está el estilo culto de los diálogos entre los personajes dignos de veneración, es decir, san José, la Virgen y el ángel; por otra, está el lenguaje que parece más desenvuelto y espontáneo, caracterizado por un léxico coloquial, que utilizan los diablos y los pastores, y que también se encuentra sobradamente documentado en la canción popular navideña, muy estrechamente ligada con los misterios de Navidad.
En la primera mitad del siglo XIX, los ‘Pastorets’ se ven afectados por la imposición lingüística del castellano como única lengua permitida en las representaciones teatrales. En el marco de la ‘Renaixença’, el cultivo del género en catalán se reanuda al final del siglo XIX. Así, con el resurgimiento de la lengua y cultura catalanas, la obra titulada ‘Los Pastorets en Betlem, o sia Lo Naixement de Ntre. Senyor Jesucrist’, del P. Miquel Saurina, publicada en Vic en 1887, fue representada en muchas parroquias y centros católicos por todo el país.
El origen de los Pastorets lo encontramos en los dramas religiosos medievales. La adoración de los pastores es el punto de partida de antiguas celebraciones que los fieles interpretaban durante la noche de Navidad en las iglesias durante la misa del gallo.
Entre la gran cantidad de ‘Pastorets’ publicados a principios del siglo XX, conviene destacar, tanto por la calidad literaria como por la resolución dramatúrgica, ‘L’Estel de Natzaret’ de Ramon Pàmies (1903). Por su parte, la versión más representada en el país son ‘Els Pastorets o L’Adveniment de l’Infant Jesús’ de Josep M. Folch i Torres (1916). Otras versiones que cabe destacar son el breve cuadro lírico ‘L’Adoració dels Pastors’ de P. Cinto Verdaguer (1901), concebido como libreto por el compositor Enric Morera, y también ‘La Bona Nova’ de Joaquim Ruyra (1928), interesante sobre todo desde un punto de vista literario. Completan el cuadro de los ‘Pastorets’ de mayor fama los de Lluís Millà, ‘Borrego i Carquinyoli’ (1931), y ‘La Flor de Nadal’ de Francesc de A. Picas (1956).
El cielo, la tierra y el infierno son los tres espacios en los que se desarrolla la trama de los ‘Pastorets’, siguiendo las convenciones escenográficas tomadas de la dramaturgia medieval. Si bien todas las versiones tienen sus características argumentales específicas, los personajes centrales siempre son dos pastores o rabadanes en representación de sendos arquetipos del teatro universal, el listo y el tonto, tentados por los demonios e inmersos en una trama cómica que encuentra su contrapunto en el tono solemne y el impacto emotivo de las escenas de la Natividad. La continuada vigencia y el innegable atractivo de los ‘Pastorets’ como espectáculo para todas las edades se derivan de la capacidad de los cultivadores del género de mantener a lo largo de los siglos la frescura y la ingenuidad del drama primigenio, al mismo tiempo de conseguir ganar la complicidad de los espectadores mediante la crítica y la burla de la vida social y política del momento expresada en los cuplés, las coplas, las sátiras o las ‘garrofes’ que se improvisan para hacer las delicias del público.
Entre las iniciativas más recientes en torno al espectáculo navideño catalán por excelencia destaca la creación de la Coordinadora de Pastorets de Catalunya, el año 2006, que ofrece unas 150 representaciones, que cuentan con la participación de unas 4.000 personas entre actores y actrices, músicos, cantores, bailadores, técnicos, tramoyas y organizadores.