No sé si habéis estado alguna vez en alguna recreación histórica, pero os diré que la recreación histórica es mucho más que un grupo de personas que se visten para jugar a la guerra. En realidad la recreación histórica —o “re-enactment” que es el término que utilizan sus creadores, en Gran Bretaña, que bien pudiera asimilarse al concepto castellano de “rigurosa reconstrucción en vivo de un hecho histórico”— es una actividad en la cual los participantes recrean algunos aspectos de un periodo histórico.
El pasado mes de octubre tuve el privilegio de poder asistir y participar como fotógrafo en la “VIII Recreación Histórica 36-38 Memorial Angus Thomson” que tuvo lugar los pasados 18 y 19 de octubre en la población aragonesa de Alcañiz. Organizada por la Asociación Frente de Aragón, el evento recrea un escenario de batalla de la Guerra Civil Española en el entorno de la ermita de la Virgen de los Pueyos, y que tuvo lugar el domingo por la mañana.
Como novedad este año, el sábado se realizó una recreación fotográfica entre la plaza de España y la calle Mayor. Esto consistió en que los participantes, con sus trajes y objetos de la época, realizarán recorridos por los citados lugares tal y como reflejan varias fotografías originales, algunas de ellas, como la más famosa, realizada por el fotógrafo italiano Michele Francone. Si queréis ver las fotografías podéis clickar en el siguiente enlace y leer el artículo “Fotografías de la Guerra Civil cobrán vida en Alcañiz”.
Dicen que quien olvida la historia está obligado a repetirla. Pues parece mentira que todavía hoy haya hechos cubiertos por el polvo del olvido. Han tenido que pasar más de 75 años para saber y conocer del bombardeo de Alcañiz durante la Guerra Civil Española. Es curioso que este hecho haya pasado tanto tiempo desapercibido, y que gracias al esfuerzo del profesor Jose María Maldonado en su libro “Alcañiz, 1938. El bombardeo olvidado”, hayamos podido recuperar una historia que por sus magnitudes es comparable con la del Guernika.
Alcañiz fue una de las poblaciones más importantes de la retaguardia republicana en el frente de Aragón y fue un punto estratégico donde se establecieron varios centros de mando de las fuerzas republicanas. Quizás y debido a eso, uno de los sucesos más trágicos de la Guerra Civil Española tuvo lugar en Alcañiz el 3 de marzo de 1938. La ciudad fue brutalmente bombardeada por la aviación italiana, que acabó con la vida de al menos 500 personas.
No se ha encontrado ninguna justificación para este ataque, simplemente fue una represalia por ser una fuerte zona de resistencia, pero muchos piensan que el bombardeo sirvió de banco de pruebas para desarrollar armas de cara a la II Guerra Mundial. Según explicó Jaume Vicente, director general de Patrimonio Cultural de Aragón: “Además de ensayar sus sistemas de bombardeo, ensayaron cómo sembrar el pánico entre la población civil por un arma de guerra. Este era un bombardeo muy alejado del frente, que pretendía desmoralizar a los civiles de forma despiadada”.
“Alcañiz disfrutaba al comienzo de marzo de 1938 de una relativa tranquilidad en medio de la contienda entre los españoles. Sin embargo, poco antes de que el bando nacional se decidiera a abrir la brecha en el frente republicano que le diera acceso a la zona de Levante, la localidad turolense sufrió, como trágico anticipo, uno de los episodios más sangrientos de la guerra civil, hasta ahora prácticamente desconocido. A las 16,10 horas del jueves 3 de marzo catorce aviones Savoia-Marchetti S-79 de la Aviación Legionaria Italiana, procedentes de Logroño, irrumpieron en el despejado cielo y descargaron en apenas dos minutos un brutal bombardeo que acabó con la vida de al menos 250 personas, según el cálculo obtenido de las distintas fuentes consultadas por el historiador José María Maldonado, autor del libro «Alcañiz, 1938. El bombardeo
olvidado», que rescata la memoria sobre aquel suceso. «Yo estaba jugando por donde la fachada de la iglesia, oí la sirena un segundo y echamos a correr al refugio en el cantón de las Campanas… cuando salimos, la plaza del Mercado estaba ardiendo.», recuerda en sus páginas uno de los supervivientes de aquella tarde, Luis Berge.
El horror del ataque, para el que Maldonado no ha encontrado justificación militar ni estratégica, había permanecido sepultado en la memoria colectiva de los propios vecinos de Alcañiz, después de que fuera silenciado no sólo por el bando nacional, al que apoyaban los italianos, sino también por los republicanos, que no querían que aquel golpe desmoralizara a los suyos. Lo que más sorprendió al historiador aragonés a lo largo de su investigación fue, precisamente, «que un hecho como éste se consiguiera tapar y que la gente contribuyera a ello. Entre los testigos del bombardeo, recuerda Maldonado a una mujer de 74 años que perdió a su madre y su hermano y que ha abierto sus labios sellados para contárselo a su marido al tiempo que se lo narraba a él. Al contrario de lo que sucedió con el bombardeo de Guernica, que se convirtió en un símbolo de la barbarie de la guerra, el de Alcañiz apenas ocupa unas líneas en los manuales sobre la historia de la guerra civil.
La tragedia pasó inadvertida para los periódicos, tanto para los republicanos como para los nacionales. Incluso, el diario de Caspe, donde fueron a parar multitud de heridos y de donde se recibió ayuda, obvió la noticia. De esta manera, «los miles de personas testigos y víctimas del bombardeo, civiles o militares, fueron golpeados doblemente al silencio y al olvido de este suceso», ya que desde entonces no ha habido estudio alguno y ni siquiera las generaciones actuales de alcañizanos conocen lo ocurrido. Maldonado, nacido en Alcañiz, oyó hablar de lo sucedido a su abuela. «Al principio lo descarté, porque pensé que si efectivamente fue tan gordo debía estar en los libros de historia», asegura a ABC. Después otros testimonios lo decidieron a «tirar del hilo», aunque al principio «sin mucha esperanza». Finalmente, sobre todo con los documentos consultados en el Archivo Aeronáutico de Roma acerca de las órdenes precisas del bombardeo sobre la localidad, ha reconstruido los hechos en un detallado volumen de más de 200 páginas editado por Ibercaja para la serie Biblioteca Aragonesa de Cultura.”
Texto: “Alcañiz 1938. El Bombardeo Olvidado” de Manuel Trillo, ABC 21/06/2003